La sencillez de un ingrediente como la patata y la excelencia de un plato como el que hoy prepararemos.
Os aseguro que se puede convertir en el plato mas deseado de la mesa y para lucirse en cualquier ocasión, porque es un acompañamiento perfecto.
Cuando compres patatas, y para que tengas un mejor resultado, asegúrate de que sea una patata para asar. El número de patatas que utilizaremos, irá en función del tamaño de la fuente. Las patatas tendrán que quedar juntas para que no bailen y se separen.
Si puedes elegir y la encuentras, utiliza albahaca fresca. En muchos supermercados, la puedes encontrar en maceta o en la zona de refrigerados.
La albahaca le da un sabor cítrico estupendo a las patatas.
Puedes aprovechar para hacer estas patatas a la vez que horneas algún asado y así rematar la faena.
Empezamos,
INGREDIENTES
- Patatas para asar
- 3-4 cucharadas de aceite de oliva
- 1 cucharada de mantequilla a temperatura ambiente
- 1 diente de ajo picadito
- 1 puñado de queso parmesano
- 1 chorrito de agua
- unas hojas de albahaca fresca
- sal
Empezamos encendiendo el horno a 200°, con calor arriba y abajo.
Pelamos y lavamos las patatas. Si tienes una mandolina o un rallador, puedes utilizarlo para rebanar las patatas. Si no lo tienes, iremos cortando las patatas en rodajas algo mas gruesas que para tortilla, sin que pierda la forma y las vamos acomodando en la fuente que vaya ir al horno.
Vertemos el agua encima, mas o menos para que cubra el fondo de la fuente, salamos y regamos con el chorrito de aceite y las hojas de albahaca, que colocaremos por encima.
Dejaremos en el horno, durante aproximadamente algo mas de una hora.
De vez en cuando, ves mojando las patatas con el líquido que tenemos en la fuente. Puedes ayudarte con un pincel. Si fuera necesario añade unas cucharadas mas de agua para que no se quede seco, lo que queremos conseguir es que cuando la patata esté terminada quede una poquito de salsita.
En los últimos minutos, cuando veas que al pincharla está blandita, reparte la cucharada de mantequilla por encima de las patatas y si fuera necesario, ves abriendo un poco las láminas de patata, para repartirla bien.
Puedes añadir también el ajo, pero ten cuidado, porque tiende a quemarse con facilidad.
Cuando las veas doraditas, estarán listas.
En este momento, echaremos el queso por encima y con el calor de la patata será suficiente para que se funda.
Sácalas del horno, deja que pierdan un poco el calor y aprovecha para regarlas nuevamente con el líquido que nos quedó en la fuente.
¡A DISFRUTAR!!
Olga