Vamos a preparar unos snack dulces con avena, y es que no me puede gustar más preparar este tipo de picoteo.
Quedan estupendos para tomar entre comidas, acompañar en un picoteo, en una tabla de quesos, con tu hummus preferido o para quitarte el antojo de algo dulce.
Estoy haciendo varias pruebas con ingredientes dulces y salados y está me encanta, no es excesivamente dulce y queda súper crujiente.
Es muy fácil de hacer y con ingredientes que si no tienes a mano, los podrás encontrar sin complicarte. No te preocupes si no te gustan los dátiles, porque lo que hacen es dar dulzor, pero no sabor.
Yo sigo haciendo pruebas de versión salada y en cuanto tenga la definitiva os la cuento.
Disfrutad del fin de semana.
Empezamos,
INGREDIENTES
- 100 gr de copos de avena
- 50 gr de harina de avena
- 50 gr de nueces
- 1 huevo
- 70 gr de dátiles
- 1 cucharada de aceite de oliva
Vamos a quitar los huesos a los dátiles. Si ves que alguno se ha quedado un poco duro, cubriremos con agua caliente y dejaremos en remojo durante unos minutos. Pasado este tiempo los escurrimos y trituramos, hasta convertirlos en una pasta.
Con ayuda de un cuchillo o de un procesador, picaremos finamente las nueces. Reservamos.
En un bol ponemos el huevo y batimos. Añadimos los copos de avena, la harina de avena, las nueces, los dátiles triturados y el aceite de oliva.
Mezclamos hasta integrarlo perfectamente, nos mojamos las manos y hacemos una bola de masa bien prensada.
Precalentamos el horno a 180°, con calor arriba y abajo.
Ponemos la masa entre dos láminas de papel de horno y poco a poco vamos extendiéndola hasta dejarla fina. En la imagen de arriba están más gorditas que las de abajo, quédate con la que más te guste.
Retiraremos con cuidado la lámina de horno de arriba.
Hacemos unos cortes en forma de cuadrados, yo los hice de unos 5 cm, pero solo para marcar la forma en la masa, no los separes y llevaremos al horno de 15 a 20 minutos o hasta que veas que los bordes comienzan a tostarse ligeramente.
Sacamos la lámina de pasta y apagamos el horno. Con cuidado de no quemarnos, cortamos los snack, que al estar precortados, será más sencillo y los volvemos a dejar extendidos en la bandeja dentro del horno apagado, durante un buen rato, como media hora.
Sacamos a un plato hasta que enfríen completamente y guardamos en un bote de cristal.