Vamos con una receta de aprovechamiento, porque con una cebolla, un buen puñado de espinacas y un resto de burrata, vamos a preparar unas empanadillas rebuenas.
Hace tiempo que llevo preparando la masa de empanadillas en casa, queda tan rica que merece la pena al 100%.
Yo siempre las preparo en el horno, nos gustan más que fritas y siempre resultan más ligeras.
Quedan bien con cualquier relleno, lo único que hay que tener en cuenta es que queden jugosas. Para ello he utilizado estos 3 ingredientes y el resultado es estupendo. Quedan suaves, muy sabrosas y aguantan perfectamente hasta el día siguiente.
Para que estén más ricas, vence la tentación y déjalas que enfríen completamente.
Empezamos,

Empanadillas de cebolla, espinacas y burrata
INGREDIENTES PARA LA MASA (para 21 unidades con aro de 8 cm)
- 100 gr de harina de trigo normal
- 100 gr de harina de trigo integral
- 30 gr de aceite de oliva
- 100 ml de agua a temperatura ambiente
- 1 cdta de sal
- 1 huevo para pincelar las empanadillas
- Un poquito de queso parmesano rallado para empolvorear
INGREDIENTES PARA EL RELLENO
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 230 gr de cebolla
- 100 gr de espinacas
- 100 gr de burrata
Lo primero que haremos será preparar el relleno. En una sartén a fuego medio, ponemos el aceite de oliva y cuando esté algo caliente, añadimos la cebolla cortada en cuadraditos pequeños. Salamos.
Cuando veamos que está algo transparente, añadimos las hojas de espinacas picadas finamente. Mezclamos y dejamos que se hagan durante unos minutos, hasta que veamos que la espinaca está hecha. Comprueba el punto de sal. Reservamos y dejamos enfriar completamente. Una vez fría añadiremos la burrata. La aplastaremos con ayuda de un tenedor y uniremos a la mezcla.
Vamos con la masa de las empanadillas.
Mezcla los ingredientes. Puedes hacerlo en un bol o directamente sobre la mesa.
Es una masa que se trabaja muy bien, no se pega nada y es de lo mas fácil.
Bastará con que amasemos durante 10 minutos aproximadamente, hasta que veas que la masa está perfectamente integrada y lisa.
Dejaremos reposar tapada durante 30 minutos.
Pasados los 30 minutos, precalentaremos el horno a 180°, con calor arriba y abajo.
Con ayuda de un rodillo, estira la masa sobre una mesa y déjala bien fina. Si ves que se encoge (en caso de no tener rodillo, hazte con una botella de cristal, límpiala y ya tienes rodillo), déjala cinco minutos.
Ayudándote de un cortador o de un vaso, vamos haciendo círculos. Retira la masa sobrante, vuelve a estirar y vuelve a cortar.
Vamos poniendo el relleno, que deberá estar frío. Es importante que no pongas mucho, para que luego puedas cerrarlo fácilmente, con una cucharadita llena por empanadilla bastará.
Cerramos y marcamos el borde con un tenedor para fijar la masa. Si ves que el tenedor se queda pegado en la masa, pásalo ligeramente por harina. Pincelaremos con huevo batido, pinchamos la masa dos o tres veces y espolvoreamos con el parmesano.
Ponemos en una bandeja forrada de papel de horno y hornearemos durante 30 minutos.
Listo.

Empanadillas de cebolla, espinacas y burrata