Hoy viajamos con este plato a Monóvar, un pueblecito de Alicante, donde se come estupendamente y al que siempre apetece volver.
La primera vez que probé este plato me encantó y siempre que viene el buen tiempo lo preparo porque en casa nos encantan.
Me parece una receta estupenda para tener a mano, porque en un momento te preparas una tosta, lo acompañas con unos buenos tomates, para un aperitivo o como en este caso tendrás lista una ensalada en un momento.
Utilizaremos pocos ingredientes y os aseguro que no necesita más, porque queda suave, sabroso y buenísimo.
La caballa la encontraremos en supermercados grandes, viene envasado al vacío, la pieza entera y abierta a la mitad y la vas a encontrar en la zona de los ahumados.
Una vez preparado lo guardaremos en un tuper de cristal y lo conservaremos en el frigorífico. Te dura sin problemas durante 2 semanas, seguramente nos durará algo más, pero en mi caso no he podido comprobarlo porque es un plato que nos dá mucho juego.
Empezamos,
INGREDIENTES
- 1 caballa oreada
- 1 vaso de ceite de oliva virgen
- 3 dientes de ajo
- ½ cucharadita de pimentón
- 1-2 cayenas (opcionales)
- Unas hojas de lechugas variadas
- Unos tomatitos
En un tuper o recipiente de cristal, añadimos el aceite de oliva, el pimentón y las cayenas si las utilizas. Mezclamos con un tenedor.
Pelamos los ajos, ponemos un cuchillo de los que no cortan mucho encima, damos un puñetazo con fuerza para que queden machacados. Añadimos al tuper y reservamos.
Desenvolvemos la caballa, le quitamos la cola y la zona de espinas más próxima a la cabeza para dejar los lomos lo más limpios posibles. Retiraremos también la espina central. Quitamos las espinas de los lomos y cortarmos en trocitos que iremos acomodando en el recipiente de cristal que tenemos reservado.
NO AÑADIREMOS NADA DE SAL, porque la caballa viene salada.
Dejaremos macerar un mínimo de 1 día antes de utilizarla, de esta forma quedará mucho más rica.
Sobre un plato pondremos unas hojas de lechugas varias, añadiremos unos tomatitos lavados y cortados a la mitad, ponemos unos trocitos de caballa y echamos un hilito del aceite en el que están maceradas.
Listo.