Hace unos días mi amiga Montse, que es de morro fino y supercocinillas, me dijo que su amiga Ariadna, hacía unas croquetas de pollo con curry buenísimas.
Me encanta que las recetas que cada uno tiene en su repertorio, vayan de cocina en cocina, para que todos las disfrutemos. Así que me ha faltado tiempo para prepararlas y descubrir lo ricas que quedan.
Las croquetas siempre son un estupendo recurso para tener en el congelador y tirar de ellas en esos días que te faltan horas.
Ya sabéis que soy fan de la avena, así que he versionado la receta de Ariadna, utilizando harina de avena, pero podéis hacer la versión clásica.
Quedan muy suaves y si te gusta el pollo al curry, no dejes de hacerlas.
Una vez que están formadas y antes de freírlas, puedes congelarlas. Mételas separadas en el congelador y cuando veas que están congeladas o casi, llévalas a una bolsa, ciérrala bien y las tendrás listas. Es conveniente que una vez congeladas, las saques un ratito antes para que al freírlas, no se queden congeladas por dentro.
Muchas gracias a Ariadna por sus croquetas y a mi amiga Montse, por compartir tanto.
Empezamos,
INGREDIENTES (para 24 croquetas)
- 1 cebolla
- 2 manzana (yo he utilizado Golden)
- 2 filete de contramuslo de pollo
- 1 1/2 vaso de leche
- 1/2 vaso de leche de coco (de la de bote no la del brick)
- 10 cdtas de harina de avena
- 2 cdtas de curry o al gusto (en polvo o en pasta)
- 5 cucharadas de aceite de oliva
- sal
- 2 huevos
- pan rallado
Ponemos en una sartén el aceite y calentamos a fuego medio.
Picamos la cebolla en cuadraditos bien pequeños, añadimos a la sartén y sofreímos, hasta que la cebolla esté transparente.
Mientras tanto quitamos la grasa que pueda tener el pollo y picamos en cuadraditos muy pequeños.
He utilizado contramuslo, porque siempre resulta más jugoso.
En el último momento, pelaremos y picaremos también en cuadraditos las manzanas, y añadiremos inmediatamente, cuando la cebolla esté transparente, para que no se oxide y oscurezca.
Añadimos el pollo, el curry, mezclamos y dejaremos unos minutos hasta que el pollo esté hecho. Apartamos del fuego y reservamos.
En una cacerola, ponemos la leche, la leche de coco, la sal y la harina de avena. Removemos y antes que coja temperatura, echamos la mezcla de cebolla, manzana y pollo que tenemos reservada.
Yo utilizo unas varillas manuales, de esta forma la pasta queda perfecta.
Vamos removiendo constantemente, para evitar que se pegue, a fuego medio durante 15 minutos aproximadamente o hasta que veas que la masa hace borbotones densos.
Comprueba el punto de sal.
Inmediatamente volcamos sobre un recipiente de cristal y tapamos con una servilleta de papel o con un paño limpio, hasta que baje la temperatura. Esto lo hago para que el vapor de la masa lo absorba la servilleta o el paño, porque si ponemos directamente el film, el vapor caería sobre la masa y la terminaría mojando.
Taparemos con papel film, que estará en contacto con la masa y llevaremos a la nevera hasta el día siguiente.
Al día siguiente, sacamos la masa. Batimos el huevo en un plato, en otro plato ponemos el pan rallado y con la ayuda de dos cucharillas, iremos formando las croquetas.
Las rebozamos primero en el huevo, luego en el pan rallado y seguimos hasta terminar con la masa.
No te preocupes si al principio salen un poco desiguales. Yo primero formo una bola y luego la alargo.
Ponemos abundante aceite a calentar y cuando esté bien caliente, pero sin humear en exceso, freiremos las croquetas. No eches muchas a la vez, para que puedas dar la vuelta sin problema.
Las ponemos sobre una servilleta para que empape el exceso de aceite y listo.