Empezamos la semana con una receta que siempre tengo a mano cuando voy mal de tiempo y es que los últimos días están siendo una locura.
Puedes preparar los garbanzos con antelación, dejándolos toda la noche en remojo y al día siguiente, escurrir el agua y cocerlos en la olla durante aproximadamente dos horas o bien utilizar la olla a presión que tardarán aproximadamente de 20 a 25 minutos, dependiendo de la calidad del garbanzo.
Tienes también la opción de usar un bote de los que vienen ya cocidos, pero fíjate en la composición, todas las marcas no son iguales y en este caso aplicaremos el menos es más, es decir cuantos menos aditivos mejor.
Las legumbres tienen que formar parte de nuestro menú semanal y hay tantas formas de prepararlas.
Esta es súper rápida, sencilla, completa y muy rica.
Empezamos,
INGREDIENTES
- 1 bote de garbanzos cocidos
- 1 pepino
- 1 tomate
- un trozo de queso feta
- 1 bote de aceitunas negra sin hueso
- cebollino fresco (opcional)
- aceite de oliva virgen
- vinagre de vino blanco
- sal
Escurrimos y lavamos los garbanzos bajo el chorro de agua fría y dejamos que escurran.
Lavamos muy bien el pepino, en mi caso le dejo la piel y cortamos en cuadraditos. Lavamos y troceamos igual el tomate.
Laminamos las aceitunas negras y cortamos el cebollino (es opcional, pero queda estupendo en este plato)
En un vaso añadimos tres cucharadas de aceite de oliva virgen o al gusto, (siempre tengo en cuenta 3 medidas de aceite por 1 de vinagre), una cucharada de vinagre y sal y mezclamos con ayuda de un tenedor.
En un bol grande, añadimos los garbanzos escurridos, el pepino, el tomate, las aceitunas negras y la mezcla de aceite y vinagre. Mezclamos. Comprobamos el punto de sal y añadiremos si le hiciera falta.
Por último añadimos el trozo de feta que desmigaremos con los dedos y el cebollino picado.
Listo.