HUEVO POCHE

Hoy os comparto mi receta de huevo poche. Es una forma tan sencilla y queda tan bien, que es un imprescindible que no puedes perderte.

Me gusta preparar estos huevos con una tostada de pan, el contraste es una maravilla, aunque sobre un crep de avena con mermelada picante está tremento de rebueno, sin duda uno de mis desayunos preferidos los fines de semana. Te irán estupendos también con un plato de verduras a la plancha, sobre un sándwich, en una tostada con aguacate, sobre un puré de verduras …

Siempre que compremos huevos intentaremos que sean frescos y de la mejor calidad que encontremos. Las característica de un huevo fresco será una clara menos líquida y se compactará fácilmente al cocinarlo, pero dicho esto, utilizaremos el que tengamos a mano o del que podamos disponer.

Para comprobar que un huevo es fresco haremos la siguiente prueba. Colocamos el huevo en un vaso y llenamos de agua. Si el huevo flota, directamente no deberías consumirlo. Si queda de pie, estará pasado de caducidad, pero puedes utilizarlo en platos que lo cuajes totalmente (un bizcocho, un rebozado, un cuajado …) y si se queda tumbado completamente en el vaso de forma horizontal, será señal de que el huevo es fresco.

Otra forma de ver la frescura del huevo es comprobar que la yema queda alta y la clara es compacta y espesa.

Cuando hace frío podemos dejar los huevos fuera de la nevera, pero cuando llega el calor es recomendable tenerlos en un lugar fresco o refrigerado, dependiendo de la zona donde vivas.

Si preparamos mahonesa, os dejo el enlace para que veáis lo sencilla que se hace, es mejor utilizar huevos refrigerados.

Otro tema que igual pueda interesarte es que el huevo siempre lo cascaremos fuera del recipiente donde estemos cocinando. Es decir, si estoy preparando unas magdalenas en un bol, casco el huevo en la encimera o en cualquier otro sitio, pero no en el borde del bol, de esta manera evitaremos cualquier tipo de contaminación.

Para hacer el huevo poche, voy a lavar el huevo y luego secarlo con un trapo o servilleta de papel, antes de comenzar, para hacerlo más higiénico.

El tiempo de cocción dependerá siempre del gusto de cada uno. Para mí el punto está en 4 a 4 minutos y medio, si te gusta más pasado dale 30 segundos más. 

Empezamos,

INGREDIENTES

• Huevos a temperatura ambiente
• 1 cucharadita de vinagre de vino o manzana
• sal

En una cacerola ponemos abundante agua, la suficiente como para que el huevo se sumerja completamente. Añadiremos un buen pellizco de sal y una cucharadita de vinagre de vino o manzana.

Ponemos el agua a fuego medio, hasta que consigamos que tenga una burbuja grande y esté a punto de hervir.

Es importante utilizar una cacerola en buen estado, si utilizamos una que haya perdido recubrimiento, correremos el riesgo de que se pegue en la base.

Mantendremos en todo momento el agua sin hervir, pero como si estuviera a punto de hacerlo.

Lavamos el huevo o los huevos que utilicemos bajo el chorro de agua fría y secaremos.

Cuando el agua esté en este punto, cogemos una cuchara sopera, colocamos el huevo encima y con cuidado lo dejamos en la base de la cacerola. Contaremos 10 segundos, sacamos el huevo y con cuidado de no quemarnos, esto es cuestión de práctica, cascaremos el huevo en la encimera y suavemente, lo dejaremos caer despacio y con cuidado, lo más cerca del agua que podamos.

Seguimos manteniendo el agua en ese punto de que empieza a cocer y no cuece y contaremos de 4 a 4 minutos y medio. No lo tocaremos, ya verás como el huevo se va encogiendo solo. Dependiendo de la frescura del huevo puede ser que vaya soltando parte de la clara y se quede flotando en el agua o alrededor de la clara del huevo, puedes ir quitándolo cuando se esté haciendo y listo.

Prepararemos una espumadera, de las que tiene agujeritos, de esta forma al sacarlo, no cogeremos un exceso de agua.

Con cuidado metemos la espumadera y cogemos el huevo de la base. Antes de sacarlo, inclinamos ligeramente la espumadera para quitar el agua. Lo llevamos a un plato y listo.

Si tuvieras que hacer más, quitaremos los restos de huevos que hayan quedado en la cacerola y volvemos a empezar. Según vayas cogiendo destreza, puedes hacer varios a la vez.

Listo.