Vamos a animar el comienzo de semana con un pan de lo más otoñal, que tenía desde hace un montón en pendientes.
La receta es de Isabel, estupenda cantante, mejor cocinera (borda la gachamiga), encantadora de perros y de personas y generosa toda, porque nos comparte este pan para disfrute de todo el que se anime.
Este pan es estupendo para los bocatas, porque queda suave y a la vez lo aguanta todo.
El sabor de la calabaza no se aprecia, únicamente el tono anaranjado y precioso que tiene.
Ya sabes que una vez hecho y enfriado, puedes rebanarlo y congelarlo para utilizarlo cuando quieras.
Empezamos,
INGREDIENTES
- 500 gr de harina de fuerza
- 200 gr de calabaza asada fría
- 200 ml de agua a temperatura ambiente
- 10 gr de sal
- 3 gr de levadura seca de panadería
- 1 huevo para pincelar
- 1 puñado de pipas de calabaza sin tostar
La calabaza puedes asarla en el horno a temperatura de 180°, con calor arriba y abajo. Lavamos la calabaza y la partimos por la mitad, ponemos sobre papel de horno con la piel hacia arriba. La dejaremos de 30 a 45 minutos aproximadamente. Estará lista cuando la pinchemos y notemos que esté blandita y el pincho no ofrece resistencia. Dejaremos enfriar completamente.
Reserva la cantidad necesaria para la receta de hoy. El resto puedes congelarla en porciones individuales y así tenerla lista para una crema de verduras, un bizcocho, unas galletas o lo que se te ocurra.
En un bol ponemos el agua y diluimos la levadura seca. Removemos.
Si no tienes peso para medir cantidades tan pequeñas, te recomiendo que compres unas cucharillas medidoras del tipo de las americanas, son económicas, las vas a encontrar sin dificultad y te servirán para un montón de preparaciones.
Añadimos la calabaza asada, la harina y la sal y mezclaremos durante 10 minutos si lo hacemos a mano ó 5 minutos si utilizamos amasadora.
Al principio es una masa pegajosa pero poco a poco verás como se irá haciendo suave y elástica.
Ponemos en un bol pincelado con aceite y tapamos con un paño o un plato hasta que doble su volumen, aproximadamente una hora y media a dos horas, dependiendo de la temperatura ambiente.
Sobre la mesa extendemos un buen pellizco de harina, volcamos la masa y damos forma de bola primero y de rulo después, adaptándolo a la longitud del molde.
Untamos ligeramente con aceite de oliva el molde y disponemos la masa.
Volvemos a tapar con un trapo limpio y dejaremos que leve durante 1 hora aproximadamente.
Cuando esté lista pincelamos con el huevo batido y echamos las semillas de calabaza, que quedarán pegadas.
Llevaremos al horno precalentado a 210°, con calor arriba y abajo, durante 30 minutos aproximadamente.
Si ves que a mitad de cocción se oscurece la parte de arriba, pon encima un trozo de papel de horno y encima un trozo de papel de aluminio.
Cuando haya pasado el tiempo, sacamos del horno, con unos guantes para no quemarte lo retiramos del molde y dejamos que enfríe completamente antes de cortarlo.
Ya sabes que al ser un pan casero sin ningún tipo de aditivo, ni conservante, es aconsejable que lo lamines y lo guardes en el congelador para cuando lo necesites.
Listo.