Esta receta es casi casi obligada si tienes niños en casa y para los que nos gusta dar a los nuestros de comer saludablemente.
Creo que es necesario que nos demos cuenta lo importante que es comer bien, saludable y casero. No hace falta pasar muchas horas en la cocina. Afortunadamente hay recetas para todos los gustos. Pero hay que cocinar en casa y dejar que la cocina te enganche.
No hay nada que mas ilusión me haga en la cocina, que ver como alguien se lanza a elaborar su primer plato o aquel que tenias aparcado por temor a que no te saliera.
Seguramente os estoy contando esto, porque la receta de hoy me recuerda al pollo rebozado que podemos encontrar preparado o en establecimientos de comida rápida, con dudosos ingredientes y cuya fritura, en cuanto a calidad, deja mucho que desear.
Pues bien, este pollo os va a encantar. Es fácil, sabroso, con una textura de rebozado que me encanta. Lo acompañaremos con una salsa que le va perfecta y este plato se va a convertir en una fiesta.
Empezamos.
INGREDIENTES
- 1 pechuga de pollo
- leche (para cubrir el pollo)
- 1 taza de harina
- ½ cucharadita pimentón
- ½ cucharadita de ajo molido seco
- ¼ comino
- sal
SALSA
- 2 cucharada de philadelphia
- 2 cucharada de mahonesa
- ½ ajo cucharadita de ajo en polvo
- ½ cucharadita de orégano
- sal al gusto
El día anterior vamos a trocear la pechuga de pollo, una vez quitada la grasa y si tuviera algún nervio, y vamos a dejarlo cubierto con leche durante toda la noche en el frigorífico.
Al día siguiente, preparamos la salsa mezclando todos los ingredientes. Reservamos hasta el momento de servir.
Seguimos con el rebozado. En un bol ponemos la harina y en ella mezclamos el pimentón, el ajo molido y el comino.
Sacaremos el pollo, lo salamos y pasamos por la harina.
Freiremos en abundante aceite bien caliente y pasaremos a un plato con una servilleta encima para que absorba el exceso de aceite.
Ya sólo queda servir y disfrutar en casa de un pollo casero de confianza.
Listo.
¡A DISFRUTAR!!
Olga