Esta fabulosa tarta, lleva su nombre en honor a la bailarina rusa Anna Pávlova. Cuenta la historia que en una gira por Nueva Zelanda, allá por 1926, el chef del hotel donde se alojo, decidió sorprender a la bailarina con esta obra maestra de la repostería. Hay historias inciertas sobre el origen de la tarta, pero lo indiscutible, es que es una tarta deliciosa. Crujiente en la base, ligera en el relleno, ácida por los frutos rojos y en conjunto extraordinaria. Posiblemente una de las mejores tartas que jamás he probado. No os exagero. Probad a hacerla, es muy sencilla y dejareis a todos con la boca abierta, porque el resultado es de 10. En casa vuela y gusta a todos.
ADVERTENCIA: Es adictiva!!!
Empezamos.
Ingredientes
- 3 claras de huevo
- el peso de las claras en azúcar blanca
- el peso de las claras en azúcar glass
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1 cucharada de maicena
- 1 cucharadita de zumo de limón
Para el relleno
- 500 ml nata para montar
- 80 g azúcar glass
- frutos rojos
- papel hornear
Precalentamos el horno a 140 grados. Ponemos las claras en un bol y empezamos a batir, a velocidad media con las varillas, añadimos el limón y cuando empiecen a montar añadimos poco a poco el azúcar normal y después el azúcar glass y batimos 5 minutos a máxima velocidad hasta que el merengue esté listo (un truco es poner el bol boca abajo, si el merengue esté estable no se caira). Añadimos la esencia y la maicena. Batimos ligeramente hasta incorporarlo.
Sobre la hoja de papel marcamos el circulo, con un rotulador, damos la vuelta a la hoja y vertemos el merengue sobre el redondel que hemos marcado. Metemos al horno una hora. Pasado esté tiempo, apagamos el horno y dejamos 30 minutos mas. Sacamos y dejaremos que se enfríe sobre rejilla. No preocuparos si tiene grietas, es normal.
Mientras enfría el merengue montaremos la nata, que estará muy fría. Empezamos a batir y cuando veamos que tiene una consistencia más densa, añadimos el azúcar poco a poco. Batiremos sin pasarnos, en cuando esté montada paramos, ya que si nos pasamos batiendo conseguiremos mantequilla.
Con cuidado separamos el papel de hornear del merengue y lo pasamos al plato donde lo vayamos a servir. Ponemos una buena capa de nata montada y decoramos con nuestros frutos rojos.
NOTAS
- Es muy importante que el bol donde montemos las claras esté limpio y sin restos de grasa y además que las claras no tengan nada de yema, porque no montarían.
- Podemos meter la nata unos minutos al congelador para que esté muy fría antes de montar y si ponemos en la nevera el recipiente donde la montaremos, mejor. Para saber que la nata está lista, veremos como se quedan marcadas las varillas en la nata.
- Puedes utilizar frutos rojos combinados o si quieres ajustar el presupuesto ponemos solo fresas y estará igualmente riquísima.
- Yo he dividido el merengue en tres discos de distintos tamaños. Puedes hacerlo como prefieras: sobre una, dos o tres bases.
¡¡¡A DISFRUTAR!!!
Olga