Estamos en temporada de fresas, así que mi propuesta de hoy, es una combinación riquísima y clásica de fresas, nata y bizcocho. Una variación del famoso postre italiano, que os encantará.
Si las fresas no son tu fuertes, con melocotones va muy bien, pero tendremos que esperar unos meses para poder disfrutarlo.
Postre súper fácil, para principiantes y para quedar bien en cualquier ocasión que merezca un dulce.
Puedes presentarlo en tamaño grande, si sois muchos o en pequeñas tartaletas individuales, y te quedarán perfectos.
Queda mucho mejor, si lo preparas el día anterior.
Empezamos,
INGREDIENTES
- 500 gr de fresas aproximadamente
- 500 gr de nata para montar muy fría
- 4 cucharadas de queso crema tipo Philadelphia
- 1 bolsa de bizcochos de soletillas (yo he utilizado los duros)
- 1 vaso de leche
- 4 cucharadas de azúcar blanca + 3 para la cobertura
Lo primero que haremos será preparar el molde. Yo he utilizado un tuper de cristal. Lo he forrado con papel film, dejando que el plástico caiga por los laterales, para de esta forma, poder desmoldarlo con facilidad.
También puedes utilizar un aro de emplatar grande, de los que puedes adaptar según el tamaño que quieras.
Empezamos lavando las fresas y quitamos la parte verde. Cortamos en cuadraditos pequeños, de esta forma será mas fácil cortarlo. Dividimos el total de fresas en dos y reservamos.
Una parte la utilizaremos para rellenar el tiramisú y con la otra haremos la cobertura.
Una de estas partes la ponemos en un cazo, junto con 3 cucharadas de azúcar aproximadamente. Dependerá si te gusta mas o menos dulce. Puedes ir probando. Llevamos a fuego medio, hasta que veamos que espesa ligeramente y tiene un aspecto como de mermelada. Retiramos del fuego y ponemos en un tarro de cristal, que llevaremos al frigorífico cuando esté frío. Ten en cuenta que cuando enfríe, quedará mas espesa.
Montamos la nata, yo la meto diez minutos antes en el congelador, para que esté bien fría y monte mas fácilmente.
La ponemos en el vaso y batimos hasta que veamos que empieza a espesar. Entonces añadiremos poco a poco las cuatro cucharadas de azúcar. Seguimos batiendo hasta que la nata esté bien dura.
En un bol amplio, ponemos el queso crema y le damos unos golpes con la batidora, hasta que esté menos compacto. Añadimos la nata y mezclamos suavemente. Reservamos.
Vamos poniendo en el molde capas de bizcochos, bien juntitos. Yo me ayudo de un pincel de cocina para mojar ligeramente los bizcochos con la leche. También puedes poner la leche en un plato hondo y mojar un segundo el bizcocho por cada lado.
Es importante que no los mojes demasiado. Si los empapas demasiado, el desmoldado no te quedará firme.
Encima pondremos una capa de la mezcla de nata montada con queso crema. Alisa la superficie y cubre todos los rincones.
Ponemos una capa de las fresas frescas reservadas.
Volvemos a repetir la operación con la capa de bizcochos, luego la nata. Tapa con film transparente y déjalo reposar en la nevera durante toda la noche.
Al día siguiente y cuando tengas que montar el tiramisú, ponemos por encima la mermelada de fresas, que teníamos reservada y listo.
¡A DISFRUTAR!!
Olga
Catalina
Me encantan todos los postres que publicas y este, parece muy facil y tiene muy buena pinta, este fin de semana intento hacerlo. Gracias
Olga
Muchas gracias Catalina!!! Me da mucha alegría que te gusten. Siempre intento que sean platos sencillos y apetecibles. Me gusta disfrutar de un buen plato sin tener que pasar demasiado tiempo en la cocina.
Un abrazo.
Marta Villarroya
Tiene una pinta súper apetecible pero tengo una pregunta. Por qué lo haces con nata y no con mascarpone que suele ser la base de los tiramisú?
Podría hacerlo con mascarpone en lugar de nata manteniendo el resto de ingredientes?
Olga
Hola Marta,
En este caso he utilizado solamente nata, porque quería combinar las clásicas fresas con nata con un bizcocho y salió como lo ves. Yo dejo la idea pero puedes versionarlo como tu prefieras, seguro que te sale buenísimo.
Un abrazo.