Vamos a preparar una versión ligera del clásico tiramisú, para empezar el fin de semana bien dulce.
Esta versión ha surgido gracias a mi hija Lucía y su pasión por este pastel. ¡Podría comerlo a todas horas!!
Al principio se lo preparaba con bizcochos de soletilla y utilizaba el relleno que os detallo más abajo. Luego pensé que tampoco costaba nada preparar una plancha de bizcocho y ya puestos y para hacerlo más saludable utilizaría harina de avena que tanto me gusta.
El resultado no es igual que un tiramisú, no os voy a engañar, pero queda con ese saborcito a café tan característico, muy rico, cremoso, muy jugoso y así tienes otra forma de disfrutarlo. Este sin remordimientos.
Empezamos,
INGREDIENTES (para el bizcocho)
- 4 huevos
- 100 gr de harina de avena
- 100 gr de azúcar (yo integral)
- 4 cdas de aceite de oliva suave
INGREDIENTES (para el relleno)
- 150 gr de requesón
- 150 gr de queso crema
- 5 cucharaditas de azúcar o al gusto
- algo menos de una taza de café (para empapar el bizcocho)
- unas onzas de chocolate (para decorar)
Con unas varillas vamos a batir los huevos junto al azúcar, hasta obtener una crema blanquecina, con color a natillas.
Cuando veamos que tiene este aspecto, añadiremos el aceite poco a poco y seguiremos mezclando un par de minutos más.
Echamos la harina tamizada. Yo pongo la harina en un colador y voy dando golpecitos, para que la harina caiga.
Voy mezclando con movimientos envolventes suaves de arriba hacia abajo. Lo hago en 3 a 4 tandas. Es decir, pongo un poco de harina, mezclo, añado un poco de harina, vuelvo a mezclar y así hasta terminar con la harina.
Precalentaremos el horno a 180°, con calor arriba y abajo.
Pongo una lámina de papel de horno encima de la bandeja que llevaremos al horno. Pincelo toda la superficie de la lámina con mantequilla derretida, para que me sea más sencillo despegarla. Extiendo la masa y aliso con ayuda de una espátula.
Llevo al horno durante 10 a 12 minutos, depende del horno. Tienes que comprobar que el bizcocho esté hecho. Puedes presionar con cuidado de no quemarte, la parte de arriba para comprobar que queda firme.
Dejaremos que se enfríe.
Mientras tanto mezclamos el requesón, el queso crema y el azúcar, hasta que quede bien mezclado.
Despegamos con cuidado el bizcocho del papel. Para darle forma he utilizado un cortador alto de 8×8, pero puedes hacerlo cortando marcando una cruz y obtendrás cuatro trozos. He ido poniendo el cortador encima de la masa y haciendo cuadraditos. Si ves que te falta algo de masa para hacer otro cuadrado, ves completando con otro trozo de lámina sobrante, después no se notará.
En un plato pongo el café y en otro plato el molde cuadrado. Voy pasando los cuadrados de bizcocho por el café pero sin sumergir y sin que queden excesivamente mojados, también puedes ayudarte de un pincel de cocina. Encima pongo un par de cucharadas de la mezcla, otra capa de bizcocho mojado, otra de mezcla y terminamos con la última capa.
Espolvoreamos con chocolate y lo llevaremos al frigorífico. De un día para otro, está mejor.
Para desmoldarlo pasa un cuchillo por los extremos del molde para que sea más fácil y despacito, ves levantando el molde de la base del plato. Listo.